La historia de esta parte de la ciudad es de las que en BYPILLOW nos encantan porque tiene todos los ingredientes: superación, sueños cumplidos, grandes dosis de empatía y miles de toneladas de pan del bueno. 

El origen de todo está en las manos de un joven bilbaíno de 16 años que empezó amasando pan en una panadería. Se llamaba Juan José Irala y en aquel momento pocos podían imaginar que llegaría a ser uno de los empresarios más influyentes y recordados de su tiempo y que impulsaría la creación de un barrio entero en Bilbao. La verdad es que viendo su exitosa trayectoria se podría decir que Irala nació con un pan bajo el brazo. 

Y menudo pan porque a principios del siglo XX el empresario puso en marcha Harino Panadera, una fábrica de harina muy moderna equipada con las últimas tecnologías, qué llegó a producir, atención al dato, ¡70.000 kilos de harina al día!  No tenemos un doctorado en matemáticas, pero estamos bastante seguros de que con eso daría para unas cuantas barras de pan y algún que otro pintxo.

Bromas aparte, el caso es que Irala se convirtió en uno de los empresarios más influyentes de su tiempo, mejorando no solo la economía local sino también la calidad de vida de sus trabajadores. En torno a la fábrica de harina, nació una comunidad de vecinos con quince calles llenas de bonitas viviendas con jardines y patios interiores, escuelas, centros sociales, iglesia, banco, economato y una línea de tranvía que conectaba el barrio con el centro de la ciudad. Solo por dar un dato: en menos de una década Iralabarri pasó de 200 habitantes a 3000 y creció tanto que pasó a ser conocida por los bilbaínos como “la aldea dentro de la ciudad”.